La Magia de la Vida
Hola, me llamo
Edgar Dewin y soy un mago. Hay mucha gente que no me cree, otros me tienen
envidia por ello, están también los que lo aceptan pero no entienden como pude
llegar a hacer las maravillas que hago, los que simplemente disfrutan de lo que
les puedo ofrecer, los que toman el punto en el que me encuentro como una meta
en su vida, los que me creen un estúpido, los que me halagan y los que piensan
que podría haber progresado mas en mi vida si hubiera optado por dedicarme a
otra cosa. La verdad que no me arrepiento de tener magia, porque nací con los dones necesarios para tenerla,
hago lo que mejor se hacer y no me arrepiento de ninguna de las decisiones que
tome en mi vida.
He conocido también
a otros magos, la verdad es que todas las
personas nacemos pudiendo tener magia,
pero la mayoría de la gente no se da cuenta que es posible o en otros casos la
vida los enceguece con toda la maldad y tristeza que la misma puede ocasionar.
Estas maravillas
con las que nací y he practicado toda mi vida se las debo a mis padres, ellos
nunca llegaron a ser magos, es algo que quisieron hacer toda su vida pero nunca
se lo propusieron, por lo tanto yo no solo aprendí de mis errores, sino también
de los suyos. Mi padre de mas joven fue una persona trabajadora y tenia muchos sueños por cumplir, pero no llego a tener magia. Tras varios tropiezos que tuvo en
su vida, mucha gente dejo de creer en él y eso influyo en su ego y autoestima. Después
de bastantes caídas decidió no volver a levantarse, fue mucho más cómodo para él
quedarse tirado en un lugar en el que no tendría que tomar riesgos, ni metas que alcanzar. Su frustración
lo llevo a ser un hombre que no se permitió volver a soñar.
A mi madre por otro lado no le importaba lo que pensaban las
personas por las que no sentía afecto alguno y con las personas que queria era sumamente cariñosa y sensible. Tuvo muchas más oportunidades que
mi padre, pero él, luego de sus frustraciones y desilusiones, reflejo muchas de sus falencias en ella. Es muy difícil estar bien con las personas si no estás
primero bien con vos mismo. Eso la afecto con el tiempo por lo que se convirtió
en la misma clase de persona que mi padre.
Uno de mis mayores
dones es la perseverancia, nunca he tomado un tropiezo como si fuera una caída,
siempre aprendí mucho de cada error que cometí y tampoco me sentí mal por ellos, porque son
parte de la vida y sin ellos no hubiera sabido que era lo que tenía que cambiar
para ser el mago que soy.
Otro don es la seguridad que fui obteniendo sobre mí mismo,
me acepte y en base a eso fui mejorando mis virtudes y dejando de lado mis falencias. Esto hizo
que los pensamientos negativos ajenos sobre mí me sean irrelevantes. A pesar de que mucha gente me critico y se burlo de mi, confiaba
en que si yo tendría algo para cambiar y
seguir mejorando, me daría cuenta.
Mi objetivo no era ser una persona perfecta, mi objetivo era
ser feliz. Considero que mi mayor virtud es el don de permitirme soñar y
ponerme grandes objetivos, no los cumplí todos, a decir verdad solo unos pocos, pero absolutamente en todos los
caminos que tome, estando atento y con la mente abierta, fui encontrando nuevos
sueños y objetivos que antes no había visto. “Cuando Dios te cierra una puerta
te abre otra” decía mi madre.
Otro don que fui desarrollando fue el optimismo. En los
finales de los caminos que tome casi nunca me encontré con lo que esperaba,
pero me fui dando cuenta de que en los trayectos aprendí muchas cosas que me
serian útiles en un futuro.
En el día de hoy tengo una esposa a la que amo, no es una
mujer perfecta, pero es la persona que siempre soñé tener a mi lado, con sus
virtudes y defectos, dos hijos maravillosos, a los que escuche, aconseje y
acompañe siempre, un trabajo que no es muy especial, pero es el que yo elegí y
los amigos que yo decidí tener, con los
que puedo confiar y divertirme siempre.
No soy rico, tampoco el más inteligente, ni el más apuesto,
pero tengo la mejor magia que se puede tener, una magia que me hace sentir bien
a mí y a las personas que quiero, la felicidad.
Tobías: planteás una idea sencilla y clara; sin embargo, los hechos suceden y avanzan sin que ocurra más que el desarrollo de las impresiones del personaje sobre su vida, como si fuera un testimonio, sin conflicto que atraiga o conmueva al lector. ¿Cómo interviene tu imaginación en la elaboración de esta historia? ¿Cuál es la transformación de la realidad que te propusiste al escribirla?
ResponderEliminarRever puntuación, tiempos verbales, ortografía.
Nota: 7
Graciela: Mi imaginación interviene en que es muy difícil ver a un hombre mayor siendo feliz en un mundo de constantes conflictos. Entonces creé un personaje optimista e imaginé como lidiaba con los problemas desde esa perspectiva. No sabía que había que hacer un cambio en la realidad ya que entre los puntos de la consigna estaba la posibilidad de hacer un cuento realista.
EliminarTe doy la razón en que esta escrito como si fuera un testimonio, trate de poner cosas negativas en el cuento, pero me pareció contradictorio que estando narrado en primera persona y siendo el personaje tan optimista y seguro sobre si mismo le de tanta importancia a algunos problemas. Fue una mala idea mía ya que ningún conflicto atrapa al lector.
Gracias por la critica.
-Tobias
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