viernes, 15 de mayo de 2015

"Amor real" Julieta Bonino




Era un día otoñal. El pueblo de Ringberg se veía envuelto en el cálido abrazo de los rayos del sol, y el aire tibio circulaba con total libertad. En el centro de la aldea se encontraba la plaza principal, donde abundaban árboles desnudos y  adoquines vestidos de hojas de diferentes tamaños y colores. En frente a la plaza estaba el palacio real, donde vivía el Rey Aristides con su familia.

El calendario marcaba 9 de mayo de 1935 , uno de los días más importantes para los habitantes de la campiña de Ringberg. Se iba a realizar la ceremonia en la cual la princesa Mia tenía que elegir a la persona con la que se casaría para poder acceder al trono.     A Mia no le gustaba la idea de escoger a alguien por obligación, de que el amor sea forzado, quería que el hombre que vaya a estar a su lado sea un amor verdadero, que le haga sentir el revoloteo de mariposas en la panza.  Eso ya lo había encontrado en otra persona, una persona que no podía presentarse  esa noche.  Él se llamaba Gaspar y lo había conocido en uno de esos eventos cortesanos. Era el bufón de la fiesta, se dedicaba a  entretener a las personas con chistes y bromas. Durante toda la noche estuvieron intercambiando miradas.  Hasta que en un momento él se acercó sigilosamente y le entregó un papel donde estaba escrita una dirección.  Al día siguiente, Mia  decidió ir a averiguar de qué se trataba. Cuando llegó al lugar se encontró con  una humilde casa, construida con madera. Llamó a la puerta y era Gaspar quien se encontraba del otro lado.  La hizo pasar ,y en torno al aroma del café, entornaron una conversación. A partir de ese día no dejaron de verse, pero debía ser un amor en secreto, a escondidas.
Era una jornada que se suponía que tenía que ser ansiada por la princesa, pero era todo lo contrario.  A horas de la ceremonia, Mia y Gaspar se encontraron en una pequeña plaza en la que se juntaban siempre, donde no corrían riesgo de ser vistos. Él estaba sentado en una hamaca, vestido con su atuendo característico verde y rojo. Tan solo se pudieron ver media hora, ella le juro amor eterno aunque no sea la persona que iba a escoger esa misma noche y él le juro estar siempre para lo que ella necesite.
  Las campanadas indicaban las ocho  de la noche, había llegado la hora de la ceremonia.  Mia vestía un hermoso vestido largo color champagne con mangas largas de encaje. Su cuello estaba rodeado por un collar de perlas tan blancas como sus dientes .El palacio se veía alucinante . El salón principal estaba decorado con unas arañas de oro colgando del techo y unas largas mesas cubiertas por manteles de seda. Las paredes estaban cubiertas de múltiples paños de espejos, produciendo un ambiente claro.  De una majestuosa escalera hecha de mármol de Carrara  la princesa descendió al salón.   Se encontraban unos veinte caballeros, entre ellos, rubios, morochos, altos, petisos, delgados, robustos. Había estado pensando durante mucho tiempo cómo iba a elegir al hombre indicado, y recordando a su amado bufón, una idea invadió su mente. Todos  debieron someterse a una prueba; el que más la haga reír iba a ser el elegido.  Primero pasó un rubio, quien hizo un chiste un tanto desafortunado, el cual produjo un enorme rechazo, luego un morocho, que ante tanta gente se avergonzó y no pudo decir ni una sola palabra.  Y  así continuaron pasando los otros aspirantes ,hasta que dio un paso al frente uno de los últimos candidatos. Cuando comenzó a hablar y a narrar una historia descabellada, la voz le sonó conocida. Se dio cuenta de que aquel hombre de piel pálida y nariz afilada era Gaspar. No lo había reconocido antes porque estaba sin ese traje de bufón que siempre llevaba puesto. Inmediatamente su corazón se encendió y dio por finalizada la ceremonia anunciando que ese era el elegido.
  Solo quedaron ellos dos en la sala, frente a frente, rodeados de un incómodo silencio. Sintió que debía dar explicaciones y comenzó a contar su historia. Él era el bisnieto del rey de Portwich , por lo que no era necesario que tenga un trabajo gracias a su buena posición económica .Pero desde chico le fascinaban los bufones entonces comenzó a trabajar de eso solo por placer. Le explicó que había preferido no contarle la verdad desde un principio porque quería que lo amase solo por su manera ser y no por pertenecer también a la realeza. A demás le aclaró que su casa verdadera no era aquella precaria que había conocido. En medio del relato lo interrumpió: -“ Y qué fue lo que paso para que decidieras presentarte en el palacio ?” a lo que él respondió “ Cuando te fuiste de la plaza, una fuerte angustia se apoderó de mí, y sabía que jamás iba a perdonarme el dejarte ir, que sea otro el que se levante cada mañana a tu lado ,pero por sobre todo, que yo no sea la persona que te haga reír día a día ”   Una lágrima se deslizó por sus mejillas y se hundieron en un profundo e interminable abrazo. Su amor real era para toda la vida.

1 comentario:

  1. Julieta: si bien escribís un texto correcto, el decir sobre el narrar, no hay suspenso ni tensión y las acciones no logran conmover. El narrador habla sobre lo que sucedió o sucede pero no hace que los hechos sucedan. Repensar qué hace que el "cómo" se cuenta sea tan importante como la historia contada.
    La idea suena muy conocida y, tampoco, sorprende. ¿Cómo interviene tu imaginación en la elaboración de esta historia? ¿Cuál es la transformación de la realidad (otros relatos que ya fueron escritos) que te propusiste al escribirla?
    Sugerencia: omitir cualquier referencia temporal pues le quita verosimilitud.
    Rever uso de puntuación y tiempos verbales.
    Nota: 7

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