
En el dos mil cuatro, aproximadamente por noviembre, poco antes de finalizar las clases, mi madre me dijo que nos teníamos que mudar a Nueva Jersey, mi mundo se derrumbó completamente. Me había criado en Nueva York, toda mi vida estaba allí, mi colegio, amigos, compañeros, no quería vivir en otra ciudad, mi banda de música preferida "Situel" estaba ahí, uno de los dos cantantes principales Axel, era definitivamente una de las personas que más quería y admiraba. Pero al llegar, me di cuenta de que no era tan malo como lo imaginaba.
Me inscribí en un colegio de diseño, era lo que más me gustaba a mis dieciséis años, fue un poco difícil cuarto año ya que era algo demasiado nuevo para mi, unas de las materias que tuve fueron técnicas de representación, morfología, diseño y técnicas de producción. Y en el último, quinto, tuve tendencias y colecciones, aplicación de color, estética, entre otras.
La primera persona que conocí cuando llegue al colegio fue Sofía, también fanática de Situel, rubia con pelo corto y lacio, ojos verdes, piel pálida y de mi altura o un poco más. Quien al cabo de un tiempo, se convirtió en mi mejor amiga.
Poco después, por medio de Sofía, conocí a Ignacio, alto, pelo corto y negro, ojos oscuros y muy apuesto. Ellos, fueron los únicos amigos con los que pude compartir todas mis cosas esos años que viví allí. Tuve varios compañeros, no es que no fui sociable, pero sinceramente solo con Sofía e Ignacio pude ser verdaderamente yo.
En mi curso habían dos chicas, Carolina y Florencia, con las que no me llevaba para nada bien, desde el principio tuvimos choques. Carolina era hija de un empresario importante, morocha con ojos verdes, alta y coqueta. Florencia era rubia, muy elegante también y tenía ojos azules. Las dos eran las más "populares" en el colegio y muy hermosas por cierto, casualmente, también eran fanáticas de Situel.
En mi último año, diseñé y confeccioné un hermoso vestido, rojo, corto, abierto en la espalda y con un tejido delicado, todos los trabajos realizados los vendíamos y fue increíble, al mio lo compró Juana Swan, una mujer muy famosa en ese tiempo y a la que admiraba muchísimo, evidentemente fue uno de mis mejores diseños o quizá el mejor. El vestido seguiría en manos de mi profesora hasta que lo retiraran.
Todo empezó un día cuando Carolina y Florencia nos enfrentaron a mí y a Sofía, por la fiesta de despedida de Axel y Blade (el otro integrante principal de mi banda favorita), ya que no seguirían cantando juntos debido a la mala relación que tenían entre ellos, saber que el grupo se separaría fue terrible.
Florencia y su amiga iban a ir, era obvio, su padre les había conseguido las entradas hace tiempo. Sofía y yo le dijimos que también estaríamos allí, solo por competir, pero la verdad es que no sabíamos si nuestros padres nos dejarían ir a Nueva York solas y en tren, a una fiesta que tenía mala fama y tampoco teníamos entradas, sabíamos que sería muy complicado conseguirlas, pero no nos importó.
Después de superar todo, solo nos quedaba viajar, conseguir las entradas y algo importante que nos habíamos olvidado por completo, la ropa, ¿qué nos pondríamos?. Esa fiesta era muy especial, teníamos que tener lo mejor, estar hermosas. A Sofía no le costó elegir el vestido ideal, de hecho fue bastante fácil, pero yo no tenía ninguno y solo contaba con tres días para conseguir uno. Recorrí muchas tiendas, no encontré nada que me encantara, fue entonces cuando se me ocurrió, el vestido que había confeccionado era perfecto.
Al día siguiente le pedí ayuda a Ignacio para poder conseguirlo, fue difícil tener que distraer a la profesora para sacarle la llave del vestuario, pero al fin lo logramos, el vestido estaba en mis manos y yo era la encargada de regresarlo en perfectas condiciones.
La fiesta estuvo increíble hasta que Sofía y yo nos cruzamos a Carolina y Florencia, quienes estaban al tanto de que yo llevaba puesto el vestido rojo que ya le pertenecía a Juana. Hasta el día de hoy no puedo creer que hayan sido tan malas intentando arruinarlo, me mancharon completa, de pies a cabeza con una bebida azul. Estaba enfadada, indignada, ese vestido no era mio ni de una amiga, sino de una famosa, no lo podía creer, ¿cómo lo solucionaría?.
Al llegar nuevamente a Nueva Jersey, tenía que devolverlo, sin que nadie se entere, intenté de mil maneras limpiar el vestido, pero nada funcionó y ya lo retirarían del colegio.
Sin más remedio, lo devolví tal como estaba, la mancha se había aclarado bastante, pero aún se notaba.
Juana estaba enfadadísima, tenía pensado usar ese vestido en una gala importante para ella a fin de año, quería explicaciones pero nadie se las daba, hasta que me decidí y le hablé, le expliqué todo lo sucedido, pero seguía enojada. Le propuse confeccionarle otro igual, y dijo que lo pensaría. Al otro día volvió con otras expectativas, uno igual pero en negro.
Conseguí hacerle el que quería, estuvo orgullosa de mi trabajo y le quedaba precioso y esa noche de gala estuvo increíble.
Fue una equivocación que sin duda la volvería a repetir, al fin y al cabo trabajé con una persona que admiré mucho a esa edad.
Luciana: en tu texto se cuenta una anécdota que necesita mucho trabajo aún para llegar a ser un muy buen cuento. La elaboración del discurso y la interacción con el lector no aparecen como aspectos valorados durante la escritura.
ResponderEliminarlos hechos suceden y se resuelven con demasiada facilidad y de manera muy trillada: la de una película norteamericana . Además, no lográs dar con el tono narrativo y predomina el decir. Por esto, no logra conmover ni involucrar afectivamente al lector.
¿Cómo interviene tu imaginación en la elaboración de esta historia? ¿Cuál es la transformación de la realidad que te propusiste al escribirla? ¿Cuál es el valor literario?
La última oración es incoherente.
¿Por qué lo subís tan fuera de fecha?
Rever puntuación, construcción de algunas oraciones y párrafos, repeticiones y uso de tiempos verbales y ortografía.
Nota: 5