lunes, 28 de noviembre de 2016

Diario de lectura de Dos veces Junio - Luciana Seco

                                                                  El    no    cambio




Para empezar elegí el libro “Dos veces Junio” porque me lo recomendaron amigas que lo estaban leyendo. En sí el nombre del libro no me llama mucho la atención. Espero entenderlo ya que por lo general no soy de leer y cuando lo hago me cuesta. También espero que me guste, que me resulte fácil y entretenido.

Lunes 21/11
Después de llegar a casa cerca de las dos de la tarde, comer, ponerme ropa cómoda y acostarme en mi cama decidí arrancar a leer “Dos veces Junio”.
Lo encontré en internet. No tengo muchas ganas de leerlo.
El prólogo  “En junio murió Gardel,
                      en junio bombardearon la Plaza de Mayo.
                      Junio es un mes trágico
                      para los que vivimos en este país.”
Me hace entender un poco del por qué del título.
Leí las primeras tres partes del primer capítulo y en el primero hubo una frase que me impactó.
Parte I : “¿A partir de qué edad se puede empesar a torturar a un niño?”
Pienso en el por qué de esa nota en el cuaderno, el por qué hay una persona que se hace ese tipo de preguntas.. Aunque quizá sea más de una. En serio existen personas con ese pensamiento? Cuesta creerlo.
El hecho de que la persona que lo leyó le haya dado importancia a la ese de la palabra “empesar” y no a lo que significa verdaderamente la frase fue algo que me llamó mucho la atención.

Al principio me resultó complicado entender de qué sorteo se continuó narrando, tuve que preguntar y buscar información. Cuando leí, se trataba de los sorteos que se realizaban para ir a la COLIMBA, en esta palabra se encuentra el significado de las tareas que debían realizar los soldados en el Servicio Militar Obligatorio, correr, limpiar y barrer.
En la parte IV me di cuenta de que el personaje salió sorteado con el número “Seiscientos cuarenta.”
Me resulta complicado la manera en como pasa de un capitulo a otro hablando primero en singular, después en plural.

Llegando a la parte VI se me ocurrió leer la I, III y V seguidos, uno atrás de otro. Ahí fue cuando entendí con más claridad el primer suceso del cuaderno en la mesa, la mesa en la habitación vacía y el sentimiento del personaje que se sentía observado.
En las primeras partes se nombra un par de veces el número cuatrocientos noventa y siete, el capítulo se llama de la misma manera.
Llegué a la página 10 y confirmé por el momento, porque no sé si seguirá igual, que si leía las partes del capítulo con números pares y los impares por separado todo era más claro. Los pares por ejemplo, hasta el momento contaban los hechos antes, durante y del día después del sorteo. Los impares supongo yo, que narraban a partir desde el momento que el chico entró al servicio militar.

En las partes escritas con números romanos hasta el XI, el personaje mantiene en todos, el pensamiento de que hizo mal al corregir la ese, sostiene que obró mal y se siente culpable ya que el que había escrito la frase podría ser algún milico. Pienso que su sentimiento es la causa de las cosas que le dijo el padre antes de entrar al servicio, una de estas era “El superior siempre tiene razón, y más aún cuando no la tiene”.

La parte IX no la entendí, leí un poco más para ver si se concluía el hecho, pero no. Pasaron cuatro partes (llegué a la XIII) cuando recién logré unir una parte aunque seguía sin entender. Pasaron otras cuatro partes exactamente cuando vi otra parte de esa historia narrada, se trataba de una mujer que estaba por dar a luz a un bebé y se encontraba sola.

 Llegué la parte XIX y es lamentable. “Le arrimaron un balde y un trapo, y le ordenaron que limpiara lo que había hecho. Entre risas la vieron fregar los líquidos de su cuerpo. “La placenta metela nomás en el balde”, le dijo uno”, si bien no logro ubicarme en este relato me parece horroroso solo imaginarme que alguien haya vivido algo de tal magnitud.. parir sola, sin el apoyo de nadie cercano y que te traten de esa forma, con el dolor emocional y físico que causa. Todavía me sorprende que existan personas tan crueles, sin corazón, sin capacidad para pensar en el otro.

El libro continúa con otro capítulo “Ciento veintiocho” y con este nombre supongo que se refiere al Fiat 128 que tenía el padre del personaje principal. Es en este  capítulo que logro entender que de la mujer que da a luz es una detenida.

Otro capítulo “Ciento dieciocho” no supe bien por qué, lo tuve que buscar y me apareció que son los minutos que llega a contar la detenida durante su revisación.
Una frase que llamó mucho la atención fue “dos fuerzas chocaron en la formación de la Argentina: una caótica, irregular, desordenada, la de las montoneras; otra sistemática, regular, planificada, la del ejército” no supe bien a que se refería, intenté buscarlo también pero no encontré nada concreto.

Me impacta el nivel de violencia con el que se manejan, “El doctor Padilla había dicho que no daba un centavo por la vida de la madre, y que los de la lista de espera empezarían a meter presión no bien supieran que el nene había nacido sanito”,   “No era el que le acariciaba la cabeza. Era uno que le clavó el taco de las botas en los pies descalzos. Después se inclinó hacia ella para hablarle en voz baja. No precisó verlo para saber que se acercaba. Le oyó decir: “Esto no es un jardín de infantes”. Le oyó decir también: “Acá los pendejos no duran”. Después se calló, para ver si ella hablaba. Cuando se fue, golpeando los tacos, ella quiso mover los dedos de los pies, pero no pudo.” , tanto desprecio? No eran capaces de tener un mínimo respeto hacia aquellas mujeres que eran abusadas en la cárcel. Y por qué lo tendrían? Si al fin y al cabo eran objetos inertes.
Siguieron los capítulos “Mil novecientos setenta y ocho” año en el que se jugó el mundial de fútbol, este capítulo resalta todo el tipo la formación de los jugadores de Argentina, nombres, nombres y apellidos, posiciones en la cancha, la procedencia de cada jugador, numero de camiseta, fechas de nacimiento, altura, peso… me resultaron aburridas aquellas partes del capítulo.
“Ochenta mil” la capacidad de espectadores que entraban en el estadio. “Si la Argentina ganaba, hasta podía suceder que la noche entera se fuese sin novedad. Era mejor no imaginar qué podía pasar si perdía. Pero eso nunca había ocurrido, y no tenía por qué ocurrir.” Al leer esto se me puso la piel de gallina, me acordé del último mundial en el 2014, ese último minuto.
“Veinticinco millones” con estas dos palabras arranca la primera estrofa del mundial del ’78.
“Cero uno” el nombre de este capítulo se refiere al resultado de aquel partido en el que perdimos (1-0) contra Italia, el primer partido perdido desde que empezó el mundial.
Leí hasta la página 53


Jueves 24/11
Hoy fui al colegio solamente para entregar un trabajo práctico, volviendo a casa en el 113 continué leyendo un poco, ya que en viaje dura 15 minutos como mucho, desde donde había dejado el lunes.
“Sólo eran portadores de la pena que sentían: con ella a cuestas volvían a una ciudad que, con la misma pena, los esperaba.”  “Era una especie de infinita marcha fúnebre” Estas son frases que  me entristecen, pensar en aquella derrota en AQUEL momento, en el cual el país se encontraba en dictadura militar, lo hace peor.
Tuve que dejar de leer, llegué a barrancas y debía bajarme. Una vez en casa, comí, me acosté y continué leyendo.
El personaje principal estudia medicina.
Capítulo nuevo, “Doscientos dos” que hace referencia al número de habitación que le tocó al conscripto. En este, se describe en varias partes esa habitación, se repiten y a la vez se suman cosas.
“El problema de nuestro país es la ignorancia. Pero no la ignorancia de los ignorantes: ésa está en los cálculos y es funcional. El problema de nuestro país es la ignorancia de los que estudiaron y se supone que tendrían que saber”. Esta frase, se podría repetir ahora, treinta y ocho años después.

El que sigue se denomina “Cinco” en una de las partes se comienza a narrar otra historia, una en la que una chica se queda en el camino con su bicicleta ya que a esta se le pincha una de las ruedas. Es en ese momento en el que justo pasa un camión del ejército, el cual transporta a cinco soldados. Las intenciones de estos cinco son obvias, violarla. Personalmente me hace mal leer o enterarme este tipo de cosas ya que viví una muy de cerca. Pienso en las situaciones que pasan actualmente y siguen tal cual. No puedo creer que hay tanta maldad, que no se respete a una mujer, que existan personas que sientan que tienen el poder de hacer con ellas lo que se les cante.
Al mismo tiempo se narra otra historia, en la que el personaje principal se encuentra en la habitación (doscientos dos) con una de las prostitutas. El cual describe esa noche como la mejor, para él fue necesario atarla, pedirle que finja disgusto y horror, que trate de soltarse aunque bien sabía que ella no iba a poder. Me resulta espantoso el hecho de que haya tenido la necesidad de básicamente fingir que la estaba violando para disfrutar esa noche.

Capítulo “Dos trecientos” el nombre es por el peso del bebé de la mujer detenida.
Le sigue el “Cuarenta y ocho” es la característica del número del abogado que le dio la detenida. Hay una parte en la que el personaje principal se encuentra escuchando a una detenida (se trata de la mujer que había dado a luz al principio del libro), el trato que le da y el vocabulario que usa es horrible, como por ejemplo “Callate, hija de puta, callate de una vez” “Te voy a romper esa boca de una piña, hija de puta” “A la concha de tu madre” “¿Y vos qué carajo sabés quién soy, hija de puta?”. La manera de denigrarla así es impactante, sin ninguna necesidad.

Sábado 26/11
Ya casi es de noche y todavía me faltan un par de páginas, me queda poco tiempo para terminarlo. Busco los anteojos y como siempre, me acuesto en mi cama para leer.
Capítulo “Trescientos noventa y ocho” nombrado por 390 Ford Fairlaine  y 8 horas de descanso. El significado de este título fue complicado de entender y lo tuve que buscar.
Arranca el epílogo “Treinta del seis”.

El capítulo se denomina “Uno dos”, en este arranca hablando de Maradora y logro entender que el nombre del título se debe a nuestra derrota contra los italianos. Supongo que habla de otro mundial, no de un partido cualquiera, por lo tanto habrían pasado cuatro años. En este mismo, el personaje principal (sigo llamándolo así porque en todo lo que va del libro aún no se mencionó el su nombre) se encuentra leyendo el diario, donde ve una publicidad que le llama la atención y luego de esta ve una noticia sobre los caídos en el combate, fijándome las fechas y demás me di cuenta de que aquel combate se trataba de la Guerra de Malvinas. En la lista de caídos encuentra el nombre “Sergio Mesiano”, hijo del Dr Mesiano.

Capítulo “Ciento treinta y tres” refiriéndose al auto del protagonista. En este, el ex conscripto del Dr Mesiano decide ir a buscarlo a la casa, duda si seguirá viviendo allí pero finalmente decide arriesgarse, lo que podría llegar a pasar es encontrarse con otras personas al llegar.

Capítulo “Mil novecientos ochenta y dos” con este titulo supongo que se refiere al año en el que pasó la Guerra de Malvinas. Su visita se produce por el fallecimiento del hijo de aquel hombre el cual dice “No hay que llorar. A los héroes no se los llora”.

Capítulo “Seis” el mes de junio recibe este número.
Sigo sin saber qué es lo que le pasa a Lidia, la esposa del Dr Mesiano y me intriga. ¿Por qué se oculta tanto? O ¿por qué la ocultan?
Hablan de un nene, lo primero que pienso es que es el hijo de Ángela y Alberto, pero recuerdo que anteriormente en libro se narró una parte en la que el Dr Mesiano hablaba con el protagonista contándole que su hermana no podía quedar embarazada. Por lo que me queda en duda quién es el nene de pelo castaño. Ángela lo llama al patio diciendo “Antonio!” pero se llama Guillermo, o capaz se llame de ambas maneras.

Capítulo “Cuantro” se debe a los años de Guillermo, habría nacido aquel año de nuestra derrota contra Italia, en 1978 para ser más exacta.
En una parte cuando el nene se encuentra jugando con una pelota, Alberto le dice “Con los pies, Antonio. Con las manos juegan las nenas”, el machismo de aquella época no ha cambiado. Es un nene de cuatro años simplemente, descubriendo las maneras de jugar, descubriéndose a sí mismo. Con el pensamiento de que “con las manos juegan las nenas” “con los pies los varones” no llegamos a ningún lado y así estamos.. Dos mil dieciséis y todavía existen personas con esa mentalidad.

Capítulo “Seiscientos treinta” en este último se termina de contar la visita del protagonista al Dr Mesiano. Luego de esta se ve que le trajo recuerdos al personaje, quien vuelve a su casa y sueña con la prostituta que había pasado una noche. La sueña a ella y el tic de su boca.


CONCLUSIÓN
Sinceramente sentí que el libro no me iba a gustar, desde el principio el título no me llamó la atención y leyendo las primeras páginas me costaba leerlo por el hecho de cómo estaban organizados los capítulos, las partes de cada uno, etc. Sin embargo me resultó entretenido y me gustó, estoy contenta con esto porque no cualquier libro me gusta. Además fui averiguando varias cosas de la época en la que se narraba, preguntando otras que no sabía, busqué el significado de palabras que no conocía.
Una de las dudas que me surgió y no encontré la respuesta fue cuando el protagonista busca al Dr Mesiano fuera de la cancha para que le responda urgente la famosa pregunta. ¿Qué pasó con el sargento Torres y el cabo Leiva que lo estaban esperando a ambos? Ya que luego de encontrarlo pasaron la noche en un prostíbulo y no se apuraron en nada.






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