Desde
el comienzo los verdaderos apellidos son inciertos, debido a que a la hora de
ser anotados, al ser los idiomas polaco/Idich, se deformaban.
En 1917, un desertor
del ejército llamado Alter Milewitz, arribo a Argentina para asentarse. Una vez
allí, fundó una sastrería para luego recibir a su novia y futura esposa, Etka. A
fines de la primera guerra mundial, en el año 1918, una parte de mí, se exilió
de un pueblo llamado Wolkevitz en Polonia a causa de la devastación del
territorio. La hija del rabino del pueblo, Etka Wolach, fue una de las primeras
judías que llego a la Argentina.
Para ese entonces Etka tuvo que venir acompañada
de su hermano ya que las mujeres blancas, que se encontraban solas en el puerto
de Buenos Aires, eran llevadas a los prostíbulos.
Al llegar a
nuestro actual territorio, Etka se casó con Alter. Lograron comprar una casa en
el barrio de Caseros, donde tuvieron dos hijos, Salomón y Clara Milewitz.
Clara se casó con
Samuel Rantz, de familia rusa que había escapado de la guerra. De esta unión nacieron
Graciela y Ariel Rantz. Los Rantz, son creyentes en la religión judía, festejando
así Pesaj, Rosha Hashaná, entre otras.
Graciela, mi mama, a la edad de los
27 años se casa con Carlos Da Silva, papa. Un hombre de unos 38 años de edad, de apellido materno.
Este fue criado por su madre y su tía gemela, nacidas en Brasil y provenientes
de una familia de esclavos en África.
La familia Da
Silva, conocida por el famoso cantante uruguayo Rubén Rada, quien fue hermano
de crianza de Carlos, se destacaron por ser los primeros negros en traer el
candombe a Buenos Aires. Se puede ver a los Da Silva en la portada del conocido
“Disco en familia”. Mi familia paterna, son creyentes en la religión católica, así
como también festejo navidad y pascuas.
Yo, Camila Da Silva, nací a las 18 horas del 6
de Octubre de 1997. Tengo 18 años de edad y vivo en Núñez, capital federal, con
mi mama. Tengo el color de piel de papá y la carita de mama, según dicen los
conocidos…
Vivimos gracias al mestizaje, sea
malo o bueno, blanco o negro, indígena o español. Nuestras raíces son nuestras
y orgullosa estoy de que así sean las mias