miércoles, 4 de noviembre de 2015

Microrrelatos - Alejandra Figoli

Ciego
No observaba ni escuchaba, sólo oía y miraba al frente, hasta que tropezó y sólo pudo mirar hacia abajo

El vuelo
Me tengo que apurar, Peter no me va a esperar y sin él hasta allí no puedo viajar

Sintió un flechazo al mirarla
Allí estaba, mirándola fijamente, divididos por un amplio espacio, podía escuchar a la gente aplaudir y susurrarse entre sí. Sentía que hace horas la miraba y ella ni siquiera se volteaba. Finalmente se armó de valor y comenzó a eliminar la enorme distancia que los separaba sin dejar de posar su mirada en ella. Dolor. Sintió un punzante malestar en su estómago que luego se fue extendiendo, y así se dio cuenta, que había atravesado el estadio. De la competencia de arquería

Telegrama
Llego a las 20:00 horas. Esperame en el jardín trasero. El barco zarpa a las 00:00 horas

El hombre mecanizado
Ya casi acababan, habían creado un prototipo de hombre mecanizado, en simples palabras, un robot, que resolvería los problemas de todos. Pero no como un sirviente o una enciclopedia parlante, ayudaría a la gente a superarse y a encaminar su vida, sabría las respuestas a todo y para eso debían ingresarle información, datos históricos del humano para que encuentre un patrón y logre predecir sus movimientos.
Ya estaba listo, encendido y funcionando.
La tierra se había acabado.
El robot había logrado eliminar el mal de los humanos

Forense
La amaba, cada rincón de ella, cada parte de su cuerpo. Paseaba con ella diariamente, él tomaba su mano todos los días, amaba sus manos. En la plaza recostaba su cabeza sobre sus piernas, jugaba con su cabello entre los dedos. Al final de su turno se sacaba el látex de las manos y regresaba cada pieza a su lugar

Sinvergüenza
Sofía soñaba sin saber su suerte. Sangre salpicaría sus sedosas sábanas satinadas. Sellado su secreto, satisfecho salió simulando simpatía. Sebastián silenció su sensual sirena. Su sosa señora sin sospechar seguiría siendo servicial

Ausente

Anoche baile con deleite, entusiasmo, finalmente graduada, haría innumerables, jubilosos, kilómetros lejanos mas no obstante podría quizás regresar sin trazar una vía.

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